Gente que menosprecia gente

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  • viernes, 3 de septiembre de 2010
  • Gustavo Rizzi

  • Un poco de historia no nos viene mal, sobre todo cuando se habla de los pueblos originarios. Adrián Moyano arroja un poco de luz sobre tanta palabrería y justificación de asesinatos.

    "Desde Mayo de 1810, cuando las Provincias Unidas del Río de la Plata se animaron a iniciar su proceso de emancipación, las nuevas autoridades legislaron en varias oportunidades con miras a la población indígena. Manuel Belgrano por ejemplo, tuvo a su cargo idear nuevas normas que garantizaran la libertad y la igualdad de los Guaraníes que habían vivido bajo el régimen jesuita. Un poco más tarde, la famosa supresión del tributo –una de las instituciones más vergonzosas de la colonia española- se hizo cuerpo en un decreto que la Junta de Gobierno sancionó el 1ro. de septiembre de 1811. Tiempo después, la famosa Asamblea General de 1813 convalidó esa decisión y además eliminó la mita, la encomienda y el yanaconazgo. Buena parte de este cuerpo normativo fue dado a conocer en forma bilingüe, trilingüe y hasta cuatrilingüe: además de en castellano, se tradujo al Quechua, Aymara y Guaraní. No así al Mapuzungun, idioma del Pueblo Mapuche".

    Por Adrián Moyano

    ¿Por qué las disposiciones de las sucesivas instituciones revolucionarias de las Provincias Unidas del Río de la Plata no se tradujeron al Mapuzugun? La respuesta es muy simple: al momento de independizarse de España, ninguna Comunidad MapuChe vivía dentro del territorio que el nuevo país estaba heredando de la metrópoli. O dicho de otra manera, el Pueblo MapuChe no había sido sojuzgado por la corona imperial y mantenía su independencia y libertad. Por eso, ni la Primera Junta, ni la Junta Grande, ni los triunviratos, ni los directores supremos, ni los gobernadores, ni los sucesivos presidentes tuvieron la oportunidad de legislar sobre los MapuChe. Simplemente, no tenían jurisdicción sobre su Wall Mapu (territorio ancestral).

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